El comentario típico que surge es: pero si yo no tengo tierra o no tengo un jardín! Es verdad, pero aún en un departamento seguramente dispondremos de una terraza o al menos de un balcón y en el peor de los casos, si no tenemos balcón todos tenemos ventanas en nuestra casa y con luminosidad podremos cultivar un pequeño huerto interior de germinados de semillas. Como vemos, la gama de cultivos que podemos practicar es muy variada, vale la pena que produzcamos algo de nuestro alimento. Evitamos así en parte la manipulación a que es sometido por la industria y retomamos una actividad ancestral de los seres humanos.
Desde mediados del siglo pasado se aceleró el proceso mediante el cual nos hemos ido conviertiendo de una sociedad de productores en una sociedad de consumidores, situación que se ha vuelto prácticamente irreversible en la primera década de éste siglo.
En algún momento de 2008 se produce el punto de inflexión en que la población urbana superó a la población rural, reflexionemos sobre las insospechadas y nefastas consecuencias de ésta situación.
Es necesario multiplicar la vuelta a la tierra, en pequeña o gran escala, con prácticas de respeto a la Pachamama.
En nuestro territorio estamos asistiendo atónitos a la degradación de nuestros recursos, la otrora fértil llanura pampeana se ha convertido en el coto de caza de las multinacionales del agro (Monsanto, Nidera, Cargill, Dow Chemical, Morgan, Basf, Bayer, Pioneer, etc) junto a los nuevos terratenientes (Grobocopatel, Elztain, Soros, etc.) que en conjunto están arrasándolo todo, contaminando agua y suelo y agotando la materia orgánica.
No conformes con eso han corrido la frontera agropecuaria extinguiendo nuestros bosques centenarios.
Un dato increíble: hay funcionarios en el INTA (sí, en el INTA) que se alegran del calentamiento global!, ya que el aumento de la temperatura en 2 o 3 grados centígrados, permitiría correr la frontera agrícola, llevando la soja y otros transgénicos a provincias como Neuquén.
Continuará.....
Desde mediados del siglo pasado se aceleró el proceso mediante el cual nos hemos ido conviertiendo de una sociedad de productores en una sociedad de consumidores, situación que se ha vuelto prácticamente irreversible en la primera década de éste siglo.
En algún momento de 2008 se produce el punto de inflexión en que la población urbana superó a la población rural, reflexionemos sobre las insospechadas y nefastas consecuencias de ésta situación.
Es necesario multiplicar la vuelta a la tierra, en pequeña o gran escala, con prácticas de respeto a la Pachamama.
En nuestro territorio estamos asistiendo atónitos a la degradación de nuestros recursos, la otrora fértil llanura pampeana se ha convertido en el coto de caza de las multinacionales del agro (Monsanto, Nidera, Cargill, Dow Chemical, Morgan, Basf, Bayer, Pioneer, etc) junto a los nuevos terratenientes (Grobocopatel, Elztain, Soros, etc.) que en conjunto están arrasándolo todo, contaminando agua y suelo y agotando la materia orgánica.
No conformes con eso han corrido la frontera agropecuaria extinguiendo nuestros bosques centenarios.
Un dato increíble: hay funcionarios en el INTA (sí, en el INTA) que se alegran del calentamiento global!, ya que el aumento de la temperatura en 2 o 3 grados centígrados, permitiría correr la frontera agrícola, llevando la soja y otros transgénicos a provincias como Neuquén.
Continuará.....
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